Segador de luces y sombras

En la noche tormentosa,
sueños sugestionados acechan volátiles,
nacen del silencio inocente
donde nada ha quedado pendiente,
prohibido para débiles furtivos
en la espesa vigilia llameante de Dante

Segador de luces y sombras,
veo como se mueven con vida propia
deslizándose por mis manos sinuosas,
tinieblas que crucifican los tormentos de los años vulnerables;
escrúpulos que nacen del umbral de las paredes,
curvándose y retorciéndose a voluntad,
se expanden como telas de arañas
sobre el muro de fuego alienado
donde asoman y delatan al persecutor descuidado

Expectante, aparto la mirada hacia otra entrada
de una ocacional noche extinguida,
que guían las luces atravesadas en tranquila huida;
¡cuánta ofensa hay en tu aceptación cegada,
embrionaria elegía destruida!,
con tintes turbados sobre la mesa de esta velada,
en donde el vino es poesía emancipada;
dejé entrar a un extraño en nuestra casa