MANOS DE BENDICIÓN

Parecía un poco triste acosado por el invierno y una lluvia cruel que le quemaba sus mejillas, enrojecidos sus parpados notó que ver el suelo que pisaba era inútil, de frente junto a la inmensidad de un horizonte eterno esperó el cese de la tormenta, sus dedos entumecidos yacían inmóviles y sin dejarse vencer por el frío se postró en el suelo fértil escribiendo un mensaje que decía: "Ahora qué me espera", inmediatamente dio vuelta atrás, sentía una opresión suave en su espalda congelada y poco a poco sin darse cuenta deseo mirar el cielo esta vez sin esfuerzo, el contacto que seguía sintiendo en su piel hizo obedecer a su organismo para que éste curara, la opresión continuaba y su cuerpo que se volvía insensible al frío solo sentía unas manos impolutas, se desechaba el ambiente de borrasca y tempestad incluso con su poder imparable.
Ya podía levantarse, incluso mirar el horizonte detrás de las gotas continuas, su piel tomaba color, desconocía el motivo de su transformación, e intrigante al buscar respuesta acarició por instinto las manos que le habían curado, y al intentar exhalar una palabra de agradecimiento un largo beso lo interrumpió y aquella voz prosiguió diciendo: Soy Camila lo que tu esperabas...

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