Genocidio de Mariposas

Como si de genocidio se tratase he matado tantas noches añorando tan siquiera los cabellos que dejabas en la almohada.

Con suspiros cansados he permitido que muchos labios me consuman como si fuese una sustancia adictiva, que no me da amor y me hace añorar tus caricias estando sostenido por otros dedos.

Cuantos muslos no han visto posar mi añoranza de ti, y como buen mentiroso he decantado amor donde solo existía ferviente deseo.

he visto tantos atardeceres mientras hago chozas en delgados cuellos, y aún así he deseado que tus labios acaricien las letras de las prosas que llevan tu apellido.

Cuantas sombrías historias me he inventado, intentando olvidar el vaivén de tus caderas que como cualquier mar enfurecido hacían naufragar mis pensamientos.

las agujas del reloj siguen tejiendo la nostalgia, y yo sigo arropando tus recuerdos con las hojas del calendario.

Mientras preparo el café y te pienso, a cada sorbo, le dedicó besos que ya no madrugan en el oasis de tu lengua.

a nuestra historia con las mismas tijeras que cortaron los arcoiris del sentimiento le mutilo dos puntos, para que hasta allí lleguen los anhelos de dos pares de pasos que quisieron contarle historias al pasado.

El cielo dejo de ser tan alto, las paredes ya perdieron tu perfume y debajo del pecho solo quedó un cementerio de mariposas.

ayer en el andén de mis días, pude ver pasar una hermosa doncella, curiosamente no sabía su nombre, pero recordé sus canciones favoritas, sus mañas al dormir, sus muecas al comer y hasta el nombre de sus padres, es curioso como el capricho del destino vuelve extraños a quienes una vez se prometieron eternidad.