La dama de azul

poema de Greddo

A veces sueño que...
soy valiente, intrépido y aventurero.

A veces sueño que...
mato al dragón y rescato a la princesa.

A veces sueño despierto...
con personas que no son,
con cosas que no se dicen.

A veces sueño despierto...
con conspiraciones y textos escondidos.

Y a veces sueño despierto, o soñando...
y apareces, lúgubre y misteriosa;
para tocar las paredes de mis sueños,
y teñir todo de azules, color de tu manto.

Retazos de vidrios opacos,
grietas oscuras y a la vez traslucidas.
Figuras borrosas, cicatrices enmascaradas
y recuerdos de un futuro pasado.

LLegué a aceptarte como mía,
sin nunca contradecirte.
Tal vez eras ella, tal vez eras él,
o quizás yo mismo.

Pero hoy decidí cuestionarte:
"Porque me haces esto...
¿Que placer encuentras en hacerme miserable?"

Sentí los hombros húmedos,
y lloré con lágrimas ajenas.

Te acercaste lentamente,
con una marcha lamentable y desgarradora.
Como si cada paso,
te ocasionara un gran dolor.

Pusiste sobre mi cabeza,
un paraguas destrozado;
Y me tendiste la mano,
blanca como la nieve.

Sentí un frío cadavérico, al roce de tu piel.
Pero al subir me encontré con una cálida sonrisa,
que apenas se podía vislumbrar,
a través de tu manto.

Me hiciste jurar que no repetiría
lo que entonces me confesaste.

Si bien nos encontramos en los peores momentos,
no puedo evitar sonreír
y dejar escapar una lágrima nostálgica.

Y es que ahora lo entiendo,
que siempre has sido mi musa.
Mi dama de azul.

Comenta & Vota