EN LA CUERDA FLOJA

poema de Gores Garlop

Pasos firmes,
decisión tomada.
Unos cuantos metros
de lo terrenal te separan.

Nubes oscuras el cielo invaden,
la esperanza tu mente evade;
caminas sin rumbo, sereno,
dando tus últimos pasos,
pensando en cómo alzarte... a vuelo.

Haces tu rutina como todos los días,
pero esta vez... tristemente,
no la terminas.

En la altura, con gran maestría,
preparas una respuesta,
quizá esa que creíste correcta
para liberar tu mente de la agonía.

Con mucho ingenio lo lograste,
pero del dolor a ninguno salvaste;
mi corazón, ese día, también te llevaste,
y en mis pensamientos te quedaste.

Te sujetas a un cielo espeso,
a una cuerda que desvanece sueños,
corazón con pensamientos ajenos,
ahogándose en oscuros sentimientos.

Cordel maldito, que de la madera cae,
que el desastre sostiene,
y la melancolía atrae.

Las lágrimas rápido vienen
y el dolor nada lo detiene.

Al conocer la escena,
mi ser completo entra en pena,
Una brisa mi cuerpo roza,
se siente densa y muy fría;
conecta con la tarde lluviosa,
con el suicidio de mi alegría.

Suspiros frágiles, la presión apaga,
vacíos hondos el ser derrama,
pensamientos que nadie conocía,
que ni siquiera yo pregunté en vida.

Solo sé que mucho te extraño,
y el dolor es más fuerte que yo;
es un caudal que crece y me hace daño...
pero el sufrir, para ti, ya terminó.

Hay lazos que te arrancan lo que más amas,
que sujetan ideas jamás pensadas;
lazos de sangre, de amor y herencia,
que traen recuerdos, penas
y dejan marcas
por una repentina ausencia.