Eréndira, La Princesa
“El feminismo no cesa.”
Purépecha resistencia
al yugo del invasor,
ahí radica la esencia
de su linaje de honor.
¿Quién fue esa linda niña
del lago, de la campiña,
que montose en un caballo
blanco, veloz, como rayo?
Eréndira, La Princesa,
reflejo de la entereza,
de noble cuna y nacencia,
líder de la resistencia.
Elogiemos los esmeros
de un puñado de guerreros,
de patriotas, nacionales,
rendidos por criminales.
¿Cómo explicar, con palabras,
la valentía de su sangre?,
¡contesta Olid, tú, que cargas
la ofensa de esa raigambre!
Claro que los conquistaron,
sobre inocencia triunfaron,
con el vigor de las armas
vencieron tan fieles almas.
La heroína michoacana
sintió la traición cercana
del despechado Nanuma,
que trocó oro por pluma.
La codicia estaba en casa,
un cobarde así, fracasa,
con su conciencia se enfrenta,
deslealtad terrible afrenta.
Zinzicha, El Emperador,
entregose sin pudor,
indefenso, en lo absoluto,
Tzintzuntzan vistió de luto.
Eréndira, la indomable,
con tenacidad por sable
no pidió salvoconducto,
en Pátzcuaro fue el reducto.
Viendo humillada su casa
fortificó bien la plaza,
ya decidida a morir
antes que perdón pedir.
Combatió al darse cuenta
que, en esa batalla cruenta,
los soldados castellanos
masacraban sus hermanos.
Timas, su padre adorado,
fue también sacrificado,
muy brutal fue la campaña
que forjó tan triste hazaña.
Eréndira, La Princesa,
fuerza altiva que no cesa,
con corazón entregado
a su pueblo desgraciado.
Se negaba, por su alteza,
a dar muestras de flaqueza,
vendió cara la derrota,
¡la dignidad no se agota!
En recuerdo, “El Barrio Fuerte”,
que lo ilumine la suerte,
no olvidemos tal tormento,
le hace falta un monumento.
Eréndira, La Princesa,
¡qué majestad, qué realeza,
pureza de las mujeres,
históricos sus ayeres!
Visionaria defensora
de una región que te añora,
precursora feminista,
por tu raza humanista.
Imagen de divinos sueños
grandes como tus empeños,
te fuiste al bosque de pinos,
¿no extrañas tu gente?, . . . dinos.
Sube a tu corcel doncella
rebelde, leal estrella,
vuelve a tu tierra, al templo,
debemos seguir tu ejemplo.
Bella “mañana risueña”
de la libertad se dueña,
despierta mujer, despierta,
vales mucho, ya despierta.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
México, D. F., a 10 de mayo del 2013.
Reg. SEP. Indautor No. 03-2013-051712171201-14
Dedicado al Sr. Crisanto Campos Cruz