Alea, jacta est

No apagues la luz, deja
que su lengua fría toque una vez más
las guedejas de tu cabello
trasnochando en la humedad que se concentra,
que se entretenga en dibujar los claroscuros
de las sombras en tu espalda dolida, entre
las redondeces de tus caderas, deja.

No sueltes ni una lágrima pues ya no hay retorno en esta noche,
¡escucha!,
allá afuera los perros ladran y algún solitario
patea el polvo en esas veredas sucias de olvido, siente,
el amor como un puñal otra vez
cortará tu corazón en mil infinitos adioses…

No apagues la luz, deja
que nuestras sombras dibujen en las paredes
viñetas de una pasión que se extingue,
que las colillas se apaguen solas,
mañana, al abrir la ventana
me verás partir mientras arrastro los pies,
como un condenado
en el pasaje de la muerte.

Comentarios & Opiniones

Celeste Alma

Esos claroscuros de la habitación casi pude verlos....el relato nostálgico de tu amor...
Que bello escribes poeta...para su colección ahi van 6 estrellas

Critica: 
Giovanni Pietri

Celeste, muchas gracias por leer y dejarme un mensaje, lo valoro mucho, gracias.

salu2

Critica: