Elegía a María Félix

Doña Bárbara sobre un corcel
galopa firme en los campos mexicanos.
Va sin miedo, mostrando su poder,
mientras olvida su origen venezolano.

Le llaman la devoradora de hombres,
por ser tan desmedida y ambiciosa.
Se enamora uno con solo decir su nombre,
porque es entre las mujeres, la más hermosa.

Pero, ¿quién ha visto una diosa arrodillada,
que no pelea si los héroes están cansados?
Ella respira, sintiéndose siempre tan amada,
si todos los hombres mueren por estar a su lado.

En el peñón de las ánimas se le vio nacer,
la crio una nana yaqui, muy misteriosa.
Como una estrella altiva creció después,
diciendo frases que la hicieron ostentosa.

Fue la generala en los campos de batalla,
a ella no pudo desterrarla su natal Sonora.
Provenía de indígenas, aunque no de mayas.
Sin Pablo y sin Quique, se oye a un niño que llora.

Ella no. Ella es fuerte, una mujer sin alma
que en miércoles de ceniza no pierde su belleza.
Tampoco la abandona la furia y la calma
si llega a atormentarla la alegría o la tristeza.

Lara enamorado la hizo su esposa favorita,
y Negrete conquistó después su amor.
Aquel la regaló en su María Bonita,
y el Charro en Los Ángeles murió de dolor.

Enamorada seguías de la vida, cuando te fuiste,
te fuiste en un suspiro. Tzapoff no cerró tus ojos,
sino la frívola muerte a la que no temiste
y todas las guerras besaron tus labios rojos.

Vienes en el silencio que levanta al temporal.
Tu cabellera negra romancea con el viento.
Ya no es la monja, es la Doña, la inmortal
que se roba de súbito mi pensamiento.

María Félix nacida y muerta en abril,
la bárbara del cine latinoamericano.
Si en tu vida triste solo fuiste feliz,
sigues como reina del pueblo mexicano.

Comentarios & Opiniones

Lety Acevedo

Muy bello el poema, la declamación. La música de fondo muy buena también.
Doña Bárbara, linda novela.
Todas las estrellas.

Critica: