Cielo rojo

Me han regalado un cielo rojo
con matices estampados
que me huelen a nostalgia,
que me saben a cariño,
que me conmueve al alma.
Donde me leen la voz que
enciende las luces en la distancia.
Y llueve por dentro un instante,
pero el amor pronto hace que escampe.
Los rayos del sol excitan
con su roce a las quietas nubes.
Se levanta una montaña,
descubro a Venus entre las aguas
de mis labios, que juegan al tocarla.
El cielo rojo es mío,
y París me estremece a La Habana.
Una calle, mil caminos,
corro célere a abrazarla.
Y se me encienden los brazos,
la refleja la mirada.
Quedo absorto, más que ciego,
me despierta el sueño
y yo al fin puedo besarla.