El vigilante en el tiempo (parte 1)

Estaba oscuro, de solado y nublado, pero aún así en la cima se notaba una sombra era el vigilante defensor de la noche, protector de nuestra realidad, peleador incansable.

Cansado de sentir de soledad, de vagar por los tejados de la monótona cuidad, quería cambiar, quería escapar de su destino, de la oscuridad que lo atormentaba de la sangre que lo rodea.

En busca de un cambio de su futuro, intento cambiar su pasado, En busca de una solución le hablo al tiempista señor del tiempo.

Para retroceder y cambiar lo ya dado antes, el tiempista le pido que no lo hiciera ya que tendría grandes consecuencias.

Sin importar las palabras el tiempista el vigilante entró a la burbuja de tiempo continuó, recordó poco a poco cómo llegó a ese lugar y como se le otorgó ese privilegio.

Llego al punto donde le daban la propuesta lentamente se acercó a su joven “el” pidiéndole que no aceptara que el mundo estará mejor así, el niño al no entender hizo caso.

El vigilante volvió a su tiempo esperando encontrar un mundo mejor, pero en cambio solo encontró destrocen y tristeza mirar la cuidad en ruinas.

El vigilante se inco pegando con los puños en el suelo, el llanto se apoderó de el, empezó a es clamar perdón,de pronto una sombra se asomaba por atrás.

Era el Tiempista que proclamaba “esta es tu cruz, esta es tu cadena perpetua, por haber cambiado el tiempo” el vigilante se paro y es clamó entre lágrimas “dame una oportunidad una más para cambiarlo”

“Lo lamento” dijo el tiempista, sin más el vigilante dio un grito ahogado en desesperación, después corrió a la burbuja del tiempo, el tiempista le pedía que parara.

Solo se escuchó una gran estruendo seguido de silencio y niebla, volvemos al principio oscuridad, de soledad y un gran sentimiento de tristeza, solo que ahora complementado con ira y desesperacion.

Lo último que se logró escuchar fue el grito del angustia del tiempista, al darse la vuelta el vigilante no sabía donde se encontraba al darse la vuelta sin poder escapar se dio cuenta que estaba en un bucle el tiempo del cual no podía escapar.

Ira, odio, desesperación y mucho más fue lo único que puedo sentir volviéndole de soledad un gran pesar en su corazón al sentir como había destrozado la vida de muchos más por intentar buscar su felicidad.