Extraño amor
poema de Luciano Brummell
Dejé en su piel
lágrimas de seda,
odios, sudores y amaneceres,
pero ella no los sintió.
Apenas la besé,
me amó.
Dejé en su piel
lágrimas de seda,
odios, sudores y amaneceres,
pero ella no los sintió.
Apenas la besé,
me amó.