8 de marzo

poema de Dreamer girl

¿Recuerdas aquel día que íbamos a tomar café?
Sí, el mismo día que anunciaron una pandemia que duró dos años.
Señal más clara imposible de que lo nuestro no fue más que un pie de página en nuestras vidas.
Y sí, lo nuestro duró menos de lo considerado apropiado para escribirte, pero nadie supo el detrás de cámaras.
El año en que nos acompañamos en las madrugadas de apocalipsis.
Las series y películas que veíamos a la distancia,
cuando la distancia permitida entre dos personas había sido establecida de forma universal.
Los secretos que nos contábamos hasta que salía el sol.
Todos los días en que me despertabas con tu mensaje.
Todas las veces en que me sentí culpable por no emocionarme con tu aparente interés.
Aquel chico roto por dentro, abandonado por su madre y carente de amor. Al que habían engañado y nunca lo había superado.
Ese que me prometió no hacerme daño y a quien le permití leer lo que escribía.
Hasta supo el momento exacto en que me enamoré de él y no se detuvo. Necesitaba tanto amor que no le bastó con una. Necesitaba a dos, pero sin contarle a ninguna.
Aquel que me llamaba angustiado porque yo no creía en su amor, haciéndome creer que era parte de mi inseguridad.
Pero no, mi error más grande fue estar tan carente de amor como él. A tal punto de creerme sus mentiras e ignorar las advertencias.
Pero él me hizo daño a conciencia y yo permití que me dañara sin saberlo.
¿Eso no se considera abuso?
Abusó de mi vulnerabilidad, de mi familia, de mis gatas y hasta de mi poesía.
Y lo peor es que hasta lo habría perdonado, si tan solo me hubiera enterado por él.
Al final de cuentas me enteré por una mujer, que hasta el día de hoy, no sé si me dijo la verdad, pero quiero creer que le gritó en mi nombre y que en verdad lo hizo por la unión del feminismo.
Me gusta creer en este día, pero aún tengo mis dudas.

Comenta & Vota