Septiembre

Septiembre.

Una mañana de septiembre
hace ya cinco décadas,
muchos niños, un enjambre
la calle, la escuela abarrotada.

Septiembre que no te escapas,
nunca mi mente abandonas ,
mis miedos atrapas,
pero siempre perdonas.

Una mañana de septiembre,
perdida en mi cabeza
hoy muestro entereza
y le rindo tributo a esa fecha.

Todavia cierro los ojos,
aquella mañana regresa,
se para frente a mi,
toda mi vida cobra fuerza.
Y con sublime grandeza
sus galas despliega,
su nostalgia, su agudeza.

Me veo subiendo una escalera,
que al dormitorio me lleva,
y recuerdo el baño, a la derecha,
con agua fría en un invierno.

La libretas y los libros,
son tantos que parecen un río,
y yo que me desespero,
no sé que asignatura,
mañana toca primero.

Una mañana de septiembre
la historia comienza contigo
yo solo quiero un abrigo,
estar en mi casa de nuevo.

Solo tu me haces sentir
de esa manera,
cómo un joven enamorado
del inicio de una vida
distinta en cada grado.

Mañana de septiembre
te has convertido en símbolo,
del comienzo, de la amistad
del necesario aprendizaje,
no me alcanzan palabras
para rendirte homenaje.