Era una mirada de amor

La suya era una mirada
de amor.

Con las hojas cayendo de los árboles
fue una mirada tierna.

Con las nevadas blancas cambió
a lascivia.

Con las flores
sus miradas fueron compasivas.

Y con el calor
se olvidó de mirarle.

La última se la echó de reojo,
para comprobar que no estuviese
demasiado mal,
antes de marcharse.