Lo que esconde una manzana

poema de Erid Nau

Tú, manzana,
me observas jugosa y refrescante,
como incitando a mi mandíbula a jugar,
pero no es propicio,
eres el hogar de una lombriz que en tí perpetúa su raza.
La simpleza de toda una ciencia,
la gracia en la perspicacia de la delincuencia,
el brillo y resplandor de la visión modificada por el dolor
¿cordura o demencia?.
Tu presencia es necesaria en este mundo malentendido,
a pesar de ser minúsculo como para el universo la via lactea
Somos dueños del don del arte del Amor,
la creación innata capaz de erradicar del armario al monstruo
y de la niña el terror.