A Rubén Darío

poema de Emil Cerda

“La primavera otoñal a encendido el furor, la encarnación del recuerdo. ¿Por qué te fuiste, Darío! Y sí, por si aca, esto está aválidado por la RAE.

“Son inimaginables nuestras fechas, moriste el día en que cumplo años, pero aún más preciso, el soneto me sonríe. Eres auténtico, como vivir es lo fatal.

“Me despediré como las gaviotas, Encima del mar, Con Pelicanos carnívoros, Que le temen al punzante pez, Que habita en las costas de Nicaragua.

“Por lo mismo,
La Princesa no está pálida.
La Princesa está enamorada”.