Espejos

Entre a una casa extraña,
donde hacia cualquier lado que miraba encontraba espejos.
A simple vista se veían perfectos,
pero había algo raro en ellos,
en ninguno de ellos aparecía yo.
Y era aún más raro,
porque me acompañaba un desconocido,
pero solo se observaba en los espejos.
Sin embargo, no me daba miedo,
me daba tristeza.
Su reflejo se veía en todos los ángulos posibles,
y en todos se encontraba triste.
Parecía que nada le importaba,
ni siquiera que lo estuviera observando,
aunque ya no lo quería seguir observando.
Así que salí de esa horrible casa,
pero el desconocido me siguió acompañando a todos lados.