Mía.

Mírame,
Cada joya en tu rostro puede iluminarme, y cada duda en tus labios puede destrozarme.
Entonces, ¿Por qué sigo dándote mis restos?
¿Por qué me dejo a tu suerte?
Será por esos labios mezquinos que se muerden al hablarme, o ese cabello castaño que jura adorarme.
Dame un beso como el que le darías a un niño llorando, pero dámelo en los labios.
Pídeme que sea más que todo para ti, pídeme que dude.
Porque nada me cuesta más que negarme a lo que creo.
Susurra en mis oídos aquella frase de amor, júrame lealtad, y dime...
Dime que no hay amaneceres en los cielos, que no hay murmullo entre los ríos, y que la fauna del bosque se esconde, dime que todo pasa por tus latidos,
Que todo vibra por tus poros, y que cada advenimiento no es más que la afirmación de que eres diosa, de que eres perfecta, de que eres mía.
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D.G. Falls.
Mía.
Comentarios & Opiniones
Un poema intenso, pero intenso es al amor que incita a escribir asi. Me gusta! FELICIDES!
Artífice, tienes razón. jajajajaja Pronto se viene una, pronto. Un fuerte abrazo, mi amigo.
María, preciosura. Claro que es intenso el amor, y la pasión y todo lo que conlleva a ello. un fuerte abrazo, dulzura.
un abrazo!