EL MISTERIO DE LA SELVA

Es de noche y la calor
su fuego sigue atizando
la selva con sus mil ruidos
atemoriza al extraño

las aguadas, las riberas
se ven de pronto pobladas
las fieras que se pasean
las criaturas aladas

los zumbidos. los murmullos
rompen la aparente calma
ojos que brillan extraños
pasos que quiebran las ramas

en el cielo las estrellas
brillan cual celeste tiara
la cruz del sur ya contempla
la nocturna algazara

Cuando se acerque la aurora
el calor en retirada
se ocultará en la bruma
antecedente del alba

y nuevamente el día
lucirá múltiples mañas
presagiando el calor
descubriendo agua y cañas

tratando que no develen
los secretos de la noche
de la floresta que en sombras
presenta magia en derroche

las horas trotaran ansiosas
camino al atardecer
ellas añoran la noche
ya es lo obscuro otra vez

los ríos prefieren fugarse
de estas tierras incendiadas
anhelan llegar al mar
y a sus salobres playas

Lejos ya de este calor
de mil plantas hacinadas
de miríadas de mosquitos
de una jungla malhadada

de noches de plenilunio
de fantasmas de alborada
de esa selva que de ubérrima
hasta el más paciente cansa