Pesadilla

T. S. Eliot escribió:
"Cuando estás solo en medio de la noche y te despiertas sudando y con un miedo terrible.
Cuando estás solo en medio de la cama y te despiertas como si alguien te hubiera golpeado en la cabeza".

Hoy me levanté aturdido, soñé con mi padre.
Estaba yo en una cárcel con mi exnovia,
sin sexo, sin amor, todo lo contrario a la realidad.
Escondo mis ojos de gato entre la niebla,
espero que esté lista la sopa. Llevo los troncos
a la hoguera. No puedo hacer más.

Las persianas tiemblan con el paso del tren,
y yo me fumo el vapor de la alcantarilla
como si fuera incienso.
Me siento en la mesa, no hay nadie,
pero dejo igual dos platos.
Uno para mí, y otro para el que fui.
Ninguno come.
Aflojo el cinturón. No hay hambre. Solo ruido.

Huido estoy de mucho musgo.
Pensiones viejas y destrozadas no conozco más.
Un whisky viejo en la mesa de noche
está desde anoche, para recordarme el derroche.

La lámpara parpadea como si dudara de mí,
porque ampara el recordarme que no bastaba con ser.
El piso cruje bajo mis pasos,
como si alguien más estuviera encerrado en mis huesos.
No sé si hoy es lunes o si el tiempo ya terminó,
pero afuera hay un perro que ladra como si lo supiera.

En términos de termitas, me desterré.
Quise hacerlo algo mejor pero, ¡joder!
odres de ceniza obtuve al recoger la madera,
estoy cansado, solo cansado, supongo...