Sentado sin ninguna preocupación

Bajo los terribles pedazos de una casa vieja, desolada y sucia. Vivía Randolph Devin, un viejo hombre solitario de 86 años, no tenia esposa, hijos, tampoco algún familiar que velara por su bien estar.

Randolph Devin salía todas las mañanas al parque mas cercano de su casa, se mantenía estancado en una banca del lugar, viendo pasar a miles de personas que frecuentaban el parque, con la apariencia de un anciano descuidado y hambriento, personas con espíritu bondadoso se acercaban a el con el fin de darle un poco de comida.

Eran las 6:45 pm. de un día Domingo, esa tarde, el clima se torno un tanto oscuro y con señales de una pequeña tormenta, pero Devin estaba ahí, sentado sin ninguna preocupación.

Una Joven, muy atractiva, de unos 26 años se acerco a el, le tendió la mano y sin dudarlo, lo acompaño a su vieja casa, el la invito a pasar y ella accedió cómodamente.

La noche se adentro y la condición climática se convirtió en un diluvio, el longevo hombre exclamo -Hija, quédate acá, no pasara nada, es muy peligroso que te vayas en estas condiciones -, la muchacha lo pensó por un momento y le dijo –Tiene razón, me quedare hasta que pase la tormenta-.

Al día siguiente, Randolph volvió a la fría banca del parque, normal y frío, como siempre. Luego de unas cuantas horas, volvió a casa, encendió el televisor y una noticia devastadora y asombrosa inundaba los canales de la localidad. “Esta es la fotografía de la Mujer de aproximadamente 26 o 27 años desaparecida, cualquier información comunicarse con la policía estatal”.

El pueblo era un manicomio, desorden por todos lados por la desaparición de la muchacha. Randolph, veía desde la banca del parque como las personas se volvían locas.

Ese mismo día, otra tormenta golpeo la pequeña comunidad, y Devin no hacia nada, estaba ahí sentado, como si nada, no tenia miedo y todo apuntaba que su preocupación hacia el mundo era nula.

La tempestad era terrible, la lluvia inundaba las calles y los arboles se movían bruscamente. Pero el seguía ahí, sentado como si nada. Al ver la situación, un policía se acerco a el, - Caballero, es muy peligroso que usted este acá, por favor vaya a su casa y abríguese, sera una larga noche - exclamo el policía. -¡NO!, No me moleste y déjeme solo-, le respondió Raldolph.

Pasaron 10 Minutos y una enfermera vio al viejo solo y totalmente mojado, por vocación, le dijo que ella lo podía ayudar a encontrar su casa, el accedió sin recriminar nada.
La enfermera, totalmente mojada, le consulto al anciano si podía esperar un momento, en lo que la calma llegaba. - Claro, por su puesto, quieres un poco de café -, pregunto, - Estaría bien, gracias- respondió la muchacha.

Finalmente paso la lluvia, eran las 7:15 am. El anciano procedía a realizar su rutina diaria.

Los vecinos de la casa vieja sintieron un olor fétido proveniente de la casa del anciano, en un principio pensaron que era la alcantarilla, pero no era un olor de ese tipo. Llamaron a la policía y llego de inmediato y procedieron a entrar a la choza vieja.

Después de abrir dos cuartos, no había nada raro. Se acercaron al sótano y lentamente bajaron las gradas, el olor se hacia cada vez mas fuerte y desagradable, - Enciende la luz- dijo el comandante-. Se encendió una luz tenue, los agentes quedaron perplejos al momento de ver el fondo del cuarto, eran dos cuerpos mutilados, torturados y cocidos de la boca, ojos y manos.

Eran las dos muchachas que habían desaparecido días antes.
En otro cuarto, estaba escrito con sangre leyendas, pedazos de poemas de amor, pequeños dibujos y frases…

La policía fue de inmediato al parque a buscar al anciano, efectivamente, estaba ahí, sentado sin ninguna preocupación. Lo llevaron esposado y tomaron su declaración, el anciano no pronunció ninguna palabra, pidió un papel y un lápiz y escribió en el:

“Todo fue por ella”