Sangre en arena

A veces, revolviendo nuestros dedos en los bancos de la memoria,
destacan los recuerdos. Como si fueran pepitas de oro entre la arena,
que, al poseerlos, brillan y evocan gratos momentos de nuestros añejos días.
A veces, revolviendo nuestros dedos en los bancos de la memoria,
destacan los recuerdos. Como si fueran trozos de vidrio en la arena,
que, al revolverla, nos laceran y de nuestra sangre brotan las discordias.
A veces, escuchaba a los antaño decir: “no todo lo que brilla es oro”.
Mis oídos sordos y necios, y mis dedos cortados
y con el corazón un poco más desgarrado.