Isla de mi abuela.

Tengo una duda enterrada en un tornillo,
y la herramienta se me perdió en mi PC,
pero no sé dónde está el martillo,
y el periódico hace años que nadie lo lee.
Me llega la idea de un mar infinito,
un triste farol que sigue encendido,
y veo a mi abuela contarme historias,
de cuando todo tenía sentido.
Tengo una olla que a veces se oxida,
parece que el tiempo la quiere olvidar,
mi abuela me dice que viva tranquilo,
y que lance mis dudas crecientes al mar.
Yo creo que ella parece saber,
que el tiempo nos viene tendiendo la mano,
aunque a veces pretende dejar que se oxide,
el sueño que brilla viviendo escondido.
Me puse a pensar en todos los días,
y un fuerte dolor me dio en las piernas,
creyendo que iba a vencer la azul autopista,
si fuese un pez, ahogado me iría,
de vuelta al caldero que a veces se oxida.
Mi abuela me dice que viva tranquilo,
que aprenda a flotar en la vieja burbuja,
que crezca y no haga ya tantas preguntas,
pues sino, me come la bruja...