La antigua guerra

poema de Rude

Y ahí está tu Dios,
sentado pacíficamente,
viendo competir a sus marionetas.
¡Álzate siervo del roble
y escupe al artesano
que te obliga a sangrar!

Hijo, ninguna obligación te ata al padre,
él y sólo él será juzgado.
Y caerán las cadenas del hombre
sobre cuello,
y no clamará piedad,
pues el dolor de su obra es su mayor triunfo.

Y reinará el hijo sin el padre
sobre los mismos ríos de sangre,
prestando atención a los antiguos,
sobre los cráneos y las lágrimas,
sobre las montañas que soportaron el peso.

Y caerá, como cayó su padre,
pues el tiempo lleva prisa
y la vejez arruga cualquier guerra.

Comentarios & Opiniones

Silvia

Un gusto leerte,saludos poeta!

Critica: 
María Cruz Pérez Moreno -acnamalas-

Excelente Rude, me gustó. Saludos.

Critica: