Nuestra sinceridad incomoda

Quisiera saber si tu alma
es igual a la de cualquier mujer.
Jesús de la Rosa

Yo necesito sentir que nuestro amor aún sigue vivo,
que los sentidos no se confunden con la necesidad,
que no nos hemos instalado en un cotidiano amable,
en la austeridad en una paz armada que un día explota,
donde los deseos se confunden con sueños despiertos;
inercia de la fuerza motriz que hoy aun nos conmueve.

un razonamiento hostil vive en silencio entre bastidores,
de ese deseo que perdió su razón de ser hace tiempo;
está esa duda que siempre me atormenta en el alma,
la hesitación que me acompaña, quisiera fuese tesitura,
pero mi capacidad de autoengaño está ya muy limitada,
incluso dejé ya hasta de idealizar mi propia idealización.

Preciso saber que detrás del oleaje está un mar en paz,
marea baja en que descansan todas nuestras pasiones,
una otra versión de los hechos que no cobra más peaje,
en una sencilla mirada que apacigua antiguos credos,
la tranquilidad en la que cada uno sabe su saber estar,
en la razón que tú y yo sostenemos con la misma mano.

Y estoy en el lado, al lado del lado que es nuestro lado,
en un espacio limitado, en una verdad que aceptamos,
esas dobles premisas que ya no nos van a engañar más
entre la aceptación resignada y los abrazos necesarios,
tu y yo caminamos tanto con manos juntas como separadas,
no es preciso repetir más los mutuos epítetos de antaño

JIJCL, 10 de agosto de 2024