Aún te amo.

Busqué tus labios en otra boca
Tu tacto en otras manos
Tu piel en otro cuerpo
Tus ojos en otro rostro.

Y me dí cuenta, que aún te amo.

Que decepción no poder olvidarte tan fácilmente! Y que dicha saber que te amé tan puro y sincero que hasta mi sol aun brilla con tu luz de piel morena y que aún ese amor por ti arde dentro de mi, que es una batalla campal, una guerra perdida entre mi pasado y tus recuerdos que luchan en contra de mi presente, que se escuda de ellos en un futuro incierto.

Y me dí cuenta, que aún te amo.

Te pienso como un anhelo impío, te sueño con lujuria, te siento carnal, lejana y distante, fría como una estrella en el oscuro firmamento.

Pensé que otra sería la solución a mis problemas, un amor nocturno con toques de pasión, tristeza y desesperación.

Y me dí cuenta, que aún te amo.

Me sentí mal, sucio y enfermo, como si hubiera mancillado tu recuerdo, sentí que no tenía sentido lo que hacía y que el acto en sí, fué meramente corporal y vacío, la vulgar expresión de la gula de mi alma de llenar el vacío que dejaste en mi.

Me di cuenta que no estoy preparado para dejar de amarte, no aún, porque fuiste mi musa, mi inspiración, la razón por la que logré levantar la mirada al cielo y logré darme cuenta que mi noche también está estrellada.

Me di cuenta justo en el momento más oscuro y en el que estaba en otros brazos, que aún te amo.