¡NO, MAS, TEATRO AL AZAR!

Un actor no, más, seré,
estoy hastiada en mi andar.
Me escudriñas y deleitas, cuando falto en apetencias.
Cuando ya no te divierto. A tu costado me avientas.
Y ríes en mi inocencia. ¡Pero sabes! te he pillado.
De mi escondite te he visto. Sé que soy el monigote, que alegra tu vida triste.
Qué triste vida la tuya. De milenios de existencia.
Eres inmune a la muerte. No envidio tu inmortalidad.
Ella es la desgracia de tu monótona vida.
Por eso me observas, me vez, me miras.
A mí y millones más. Pues somos actores, sin saberlo, en tu teatrito del mundo.
Este es tu escenario. El cual creaste muy bien.
Debía ser mi paraíso. No lo es, debes saber.
Me alimentas, soy tu mascota. Aunque me haces creer,
que he estudiado una carrera y yo misma soy mi sostén.
Jajaja, que estupidez. Haz engañado a un mundo,
a un universo infinito.
Todos van corren, gritan, se enojan, luchan, se estresan,
enferman, se desesperan, se esfuerzan.
Actúan sus roles cual actores de magistral actuación.
Claro, no saben. Están dormidos.
En sueños lucidos, cual pesadilla algunos.
Otros sueñan despiertos sus propios ensueños, sus paraísos terrenales.
Algunos creen despertar y notan, anomalías en el contexto;
sin entender, que no es su hora aun de estar despiertos.
Ellos indagan, escudriñan, observan, ven.
Pero jamás serán conscientes de la realidad.
Que son actores de un pervertido teatro,
que unos cuantos han montado en universos concatenados,
paralelos; de infinitos portales.
Donde mi realidad no es lo que veo; sino lo que ellos desean que yo actuara.
Yo solía creer estar viviendo una vida, un modesto paraíso de tranquilidad, de serenidad.
Algunas veces se ponía difícil, y aprendí a resolverlo sobre la marcha.
Luego seguí experimentando mi experimento,
y entendí cada día que, había una perversa actividad,
una emoción de alguien por la maldad.
Trate de pasar desapercibida. Pues observé, que cuando me desactivaba un poco,
cuando mi actuación era floja,
cuando pasaba un día entero de inactividad.
La vida que vivía en mi teatro no me pedía más.
Ese día no me observaba, es decir.
Pasaba desapercibida y mi día se hacía monótono y cotidiano,
sin acción,muy tranquilo.
Voy a explicarme:
me di cuenta, que cuando no tenía dinero por no haber cobrado mi quincena.
En lugar de molestarme, me quedaba tranquila y lo dejaba pasar de manera pacífica, serena. Es decir,
me tomaba un vaso con agua y me alimentaba con lo que conseguía en mi nevera.
En pocas palabras me lo tomaba con calma.
Al hacer esto,
mi vida pasaba sin pena ni gloria
y con asombro veía
que en el teatro de la vida
yo dejaba de ser actriz principal
y pasaba a ser una actriz referencial.
Y en mi lugar otra persona de manera inmediata
tomaba la primicia en la obra teatral.
Desde mi rincón observaba
que otros y otras eran actores principales en sus obras
y mientras más dramatismo le imponían a dicha obra,
mayor era su protagonismo.
Así aprendí a rezagarme en el set,
de este teatro que es la vida.
Donde deleitamos a seres que no vemos.
pero que de seguro nos observan, nos miran.
Desde entonces prefiero ser un reparto,
un relleno,
una referencia, en esta vida.
Un ser pacifista,
una adusta sombra en el corredor.

ENSAYO 14 DE MAYO DE 2019 DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS.