La rebelión (III parte)

poema de Dositeo

III
El enemigo de Dios fue lanzado
a diez mil brazos de profundidad
hasta la superficie del abismo
donde se hallaba perdido y confundido.

Caminaba por un lugar cóncavo
y al llegar a un resbaladizo promontorio
alza su voz para proclamarse ser un dios,
provocando un estruendo caótico
y expresando lo que realmente siente:

Discurso del diablo:
–Soy aquel amo de la oscuridad.
¡Príncipe de las penumbras!
Creador del mal y líder de ustedes
ángeles caídos, valientes y aguerridos
quienes me demostraron lealtad
hasta el fin de la batalla contra la Deidad.

No decaigan ni se dejen agobiar del espanto
ustedes también tienen el poder de controlarlo,
sientan el odio como su aliado sin pensar
que han fracasado, porque no es cierto.

Apenas hemos perdido una batalla
de esta magnífica guerra celestial.

La llamo así porque es la única oportunidad
de vengarnos del Creador. Aquel que nos humilló,
nos avergonzó arrojándonos a las penumbras
y tratarnos como una simple basura que no sirve.

¡Basta! Alcemos nuestras armas destruidas
y hagamos que el odio se fusiones con nosotros
para hacernos más fuertes… Seamos sabios e inteligentes,
astutos y pacientes. Eso logrará que generemos estrategias
para que nuestra fuerza se incremente de manera perversa.

Alimentemos aquella actitud contumaz para confundir
al ser que muy pronto Dios creará; el enemigo principal
que desde ahora en adelante se convertirá en una obsesión
enfermiza y compulsiva, un sentimiento que perdurará.

No pierdo el optimismo de usurpar el trono de Jehová,
de poder gobernar con mis propias reglas y darles a ustedes
la libertad que realmente se merecen, porque somos luz
aquí en las tinieblas, somos belleza. Observen como vuelvo
a obtener mi lindura y mis fuerza. Sólo confíen en su ira–.

El diablo empezó a concentrarse con el poder que fluía
a través de su energía, el cual recorría todo su cuerpo.
Mientras eso pasaba los ángeles caídos lo exaltaban
coreando su nombre. – ¡Satanás! ¡Satanás! ¡Satanás! –

Legiones aéreas revoloteaban al sentir su presencia
como también los seres extraños, monstruos
y abortos de la naturaleza, salían de sus escondites
para adorar a su salvador, al rey de la destrucción.

Eso lograría que Lucifer recuperara sus poderes
y volviera a hacer el hijo de la aurora,
el más bello de todos los ángeles, lleno de vanidad
y vanagloria cuyas alas blancas y hermosas resplandecían
en la oscuridad, con un brillo que sólo él lo tenía.

Hasta que empezó a flotar en el aire
donde sus pies estaban embarrados de puro lodo,
su cabello ondulado cuyos risos eran dorados
figuraban un espléndido semblante lleno de orgullo
y confianza en sí mismo. Un genio, un sabio,
el mismo engendro del mal, convertido en un dios.

Donde el rencor estaba concentrado dentro de su ser
que al abrir sus ojos se habían convertido
totalmente negros y de sus labios esbozaba
una sonrisa maldita y tenebrosa.

Al sentirse privilegiado, alzó los brazos
portando su arma intacta con la mano derecha
donde el fuego la acariciaba con las llamas;
un tridente dorado con tres pequeñas y filosas puntas,
aquellas que ardían con furia.

Todos lo gloriaban, los oscuros cielos bramaban,
los truenos, rayos y relámpagos lo ovacionaban,
las arpías lo idolatraban; bestias con cuerpo de mujer,
delgado, hermoso y espléndido, pero su rostro
era maléfico, arrugado y con dientes podridos.

Extrañas criaturas abortadas por la madre naturaleza,
volaban con sus alas de ave rapaz en dirección al diablo,
para seducirlo y contaminarlo con sus olores putrefactos
y nauseabundos, porque ellas sabían que su amo
las liberaría de aquel paraíso oscuro y escondido,
una prisión llamada Seol, el abismo perdido, el infierno,
el inframundo, hades o la prisión de los caídos.

Por otra parte, unos seres muy pequeños,
raros y mortíferos tenía los ojos grandes y expresivos
cuyo color era entre amarillo y rojizo.

Su rostro amenazador con orejas puntudas y enormes
les daba la facultad y la agilidad de escucharlo todo.
De agudo y filosos dientes; ellos eran duendes.

Salían de sus cuevas para adorar a su líder
el príncipe infernal y ponerse a sus servicios.

Las mantícoras volaban, las quimeras lo adoraban,
los demonios de un solo ojo cabalgaban hacia él
para rendirle homenaje y luchar junto a su caudillo.

Lucifer se enalteció cuando vio
que su horda de ángeles armados
lo elogiaban al corear su nombre.

Se sentía también enaltecido
al contemplar que las rarezas
vomitadas por la tierra lo clamaban.

Y es ahí cuando más se inspiraba
para continuar con el excelente discurso
que hace un momento atrás había empezado.

Segunda parte del discurso del diablo:

–Mi fieles soldados, no les fallaré,
les prometo que muy pronto
los haré libre, sólo aprendan a controlar
la paciencia para que sus poderes
puedan alcanzar la perfección.

Mi venganza será un éxito por la confianza
que tengo, ya que en mi soledad y destierro
pude planificar con paciencia y sabiduría
un maquiavélico plan contra el Creador,
para atacarlo en el momento que haya
cumplido con su propósito, de crear a un ser
semejante a ÉL, para rendirle honra y pleitesía.

Criaturas raras y escondidas, muy pronto dejarán
de ser extrañas, a todas las sacaré de esta prisión
otorgándoles la autoridad, para que puedan hacer y deshacer
en la Tierra que Dios dará por heredad a su creación.
Es infame, inaudito que nosotros siendo ángeles no tengamos
herencia, no seamos deidades ni seamos adorados por nadie,
esto es imperdonable. Desde ahora en adelante yo soy su dios,
¡Soy su rey! Su príncipe, su salvador; el héroe de los caídos.

Vamos a reinar en la bóveda celeste
siendo mi ejército el más temido
por los ángeles del cielo, el más respetado.
Cada caído tendrá su rango, su legión y su mandato,
algunos serán potestades, otros serán principados.

Es por eso que en este preciso momento elegiré
a dos duques demoniacos con poderes sorprendentes,
dos generales que lucharon a mi lado en la guerra celestial.
Dos ángeles rebeldes que me demostraron lealtad y fidelidad.

Belcebú, serás el príncipe de los demonios, el señor del abismo;
comandaras mis tropas satánicas junto a Astaroth, que desde ahora
lo proclamo el amo de la putrefacción y manipulador de la línea
del destino. Somos la trinidad oscura, llena de rencor, odio y maldad.

Esta vez vamos a triunfar. ¡Se los juro! Confíen en mis dones
y esperen mi emboscada, que ése, será mi ataque sorpresa–.

Después que Lucifer terminó con su discurso, el séquito de rarezas,
las bestias extrañas y los caídos daban saltos y vuelos de júbilo,
sin dejar de gritar el nombre del causante del caos y la destrucción,
el culpable de provocar la ira de Dios; el mismo Diablo acusador.

TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS DEL AUTOR

Comentarios & Opiniones

Dositeo

Mis queridos lectores y amigos poetas los invito a leer la primera y segunda parte de este poema...

Critica: 
Joelfortunato

Agradable lectura en su totalidad hasta esta publicación. Interesante tema, equilibrio dinámico en el discurso, base teológica configurada con destreza expresiva. Gracias por compartir su arte. Gracias también por sus comentarios siempre cordiales.

Critica: 
Dositeo

Amigo Joelfortunato gracias por su comentario.

Critica: 
Leonardo Sarmhi.

Hermosa obra!!, colmado de fe, matizados con bellos versos sagrados y floridos que dan color a la bruma....Triunfara el bien. Y Belcebú, caerá en el fuego del abismo eterno. Estrategia de guerra celestial..Bellas letras, Dositeo. Saludos y abrazos!

Critica: 
Dositeo

Que alegría de verte por aquí amigo Leonardo... Así es las fuerzas del mal son derrotadas.. es parte de mi libro el origen del mal.. una pequeña saga..

Critica: 
Osler Detourniel

Deleitante su manera de escribir. Saludos y felicitaciones

Critica: 
Dositeo

Gracias Osler por tu comentario.. saludos..

Critica: 
Nancy

Somos ángeles blancos y dorados hasta se halla maldad en nuestro corazón, el orgullo y la vanidad Es la causa de la ira de Dios hacia nosotros. Un buen ejemplo la rebeldía de satanás. Es un escrito sorprendente Dositeo. Saludos amigo.

Critica: 
Dositeo

Gracias Nancy, extrañaba tus comentarios. Saludos amiga..

Critica: 
Artífice de Sueños MARS rh

Con cálido saludo por su trabajo fantástico.
Es necesario hacer trabajas nuevamente al cirujano del poema DICOTOMÍA FANTÁSTICA.
Entonces respecto del verso:
..."el culpable de provocar la ira de Dios; el mismo Diablo acusador"
Conclusión:

Critica: 
Artífice de Sueños MARS rh

Sin ira ni Diablo, problema humano resuelto. Y el trabajo curativo se debe aplicar más seguido. Deseando que se mantenga su buena inspiración, hasta nuevo poema.

Critica: