Perdonar el dolor

**Perdonar el Dolor**

¿Perdonar qué? me preguntas,
como si el olvido fuera simple,
como si el alma pudiera soltar
los nudos que el tiempo ha tejido.

Perdonar la herida que no cierra,
la cicatriz que en mi piel aún arde,
las palabras suspendidas en la garganta,
las promesas que cayeron en el vacío.

Perdonar el latido del silencio,
ese grito ahogado en la noche,
la espera en vano, el duelo mudo,
la traición que se hunde en el pecho.

No se trata de olvidar el dolor,
sino de entenderlo, de abrazarlo,
de llevarlo como se lleva una sombra,
y dejarlo ir como un suspiro en calma.

Perdonar no es excusar el daño,
es abrir la herida y verla sanar,
es desatar el peso de la memoria
y hallar paz en el propio perdón.

Es aceptar que lo que fue ya no duele,
que el perdón no es para quien hirió,
sino para el corazón que sigue latiendo,
ligero, libre, y dispuesto a amar.