Stalker

poema de Gonza

Entre sus belfos se resquebrajo mi humanidad.
Mis dedos perdiéndose en la obscuridad del manto de sus hebras finas y lisas.
Mi tacto cosquilleaba entre el aterciopelado de su carne.
Su bálsamo rehuía entre mis fosas nasales.
Cada noche la asediaba como si fuese presa débil ante los brazos de Morfeo.
Yo la amaba en secreto como si de una travesura se tratase.
Odiaba la llegada del amanecer, el tiempo era injusto al querer contemplarla de más.
Fue una desilusión admirarte de lejos.
Tragué mi cólera y al final tuve que redimirme, dejar mi vehemencia y egoísmo al querer alejarte de él.
Aunque no hubiese nacido varón, te hubiese camelado, pero me rendí, fui cobarde y huí.
Ante mis pensamientos yo sabía que eras feliz, cerré mis ojos expirando sentimientos confusos que me hiciera regresar y acecharte.

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