Flechas Extraviadas

Cupido, ¿por qué no me has lanzado esa flecha del amor?
En cada ruta que ando, veo parejas felices.
Aquí, la soledad se entrelaza con la envidia,
como un nudo en el corazón.

Las parejas felices parecen danzar en un mundo aparte,
mientras tú buscas tu propia melodía.
¿Acaso estoy siendo castigado por ti?
Cupido, ese travieso arquero, a veces se esconde detrás de las nubes.

No es un castigo, sino un misterio cósmico.
Quizás tus lágrimas sean su tinta para escribir historias de amor.
¿Cómo puedo conocer el amor?
No hay mapas ni coordenadas precisas.

El amor es un laberinto de encuentros fortuitos,
donde las miradas se cruzan como estrellas fugaces.
Ábrete al mundo, y tal vez encuentres la clave
en un gesto, una sonrisa o un verso.

Cada noche, miro cómo nacen nuevas fusiones de amores.
El universo es un alquimista, mezclando almas en su crisol.
A veces, somos espectadores de esa danza celestial.
No temas experimentar, el amor es un experimento constante.

Nunca he conocido a alguien con la misma maldición que la mía.
Pero, ¿no es la soledad un idioma universal?
En las historias de amores incomprensibles,
hallamos nuestra humanidad compartida.

Así que sigue caminando, poeta errante.
El amor es un viaje sin destino fijo,
pero cada paso es una oportunidad.