Huerta

Sintiéndome yo soberano
sin sentido vano
en este Edén diminuto
que con alborozo disfruto.

Naranjas, mandarinas, limoneros,
membrillos, damascos, durazneros,
¡Como me liberan de compromisos;
cuanto me acercan al paraíso!

Es toda alma mi huerta
alegrando el alma mía
canción que de par en par su puerta
abre generosa cada día.

Cerezas, guindas, perales,
manzanas, almendras, nogales,
regazo y maná de canoras
exhortador escote a toda hora.

Satisfecho por su aroma es activista,
pues trasciende la tapia egoísta;
que bien hubiese querido,
no haberle jamás construido.

Amorosas vides esperanzadas en ser
con sus racimos llenos de pezones
¡Serán pan, buquet, ambrosía!
Serán vino, fiestas, alegrías.

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¡Exagero!
Hay otras que si son huertas;
pero aquí seduje a tierra rebelde,
me vestí de silencio y exigencias,
e hinque mi rodilla enfermiza.

¡Exagero!
No debo compararla con Edén
pero si; es una caja de espiritualidades
con gorriones tocando sus flautas
y una brisa que hace danzar su humanidad..