La perdición de un mal amor

No te mentiré, he tenido días buenos donde mi mente no te recuerda, pero llega la maldita noche y tu imagen aparece dentro de mi mente, terminando de acabar con lo poco que logre en el intento de olvidarte.
En mis momentos de alcohol, apareces y te pienso más, es ahí cuando busco tu número y me pongo directo al teléfono rogándole a dios porque me contestes, he logrado escucharte pero en ese momento entiendo que ya no es lo mismo.
Sé que si vuelves, ya no seré feliz, de eso estoy segura, pero quiero intentar lograr que regreses a mí, porque créelo, fuiste lo que más he amado, extraño tanto esa sonrisa y la forma en la que jugabas con mi alma.
No me pidas que me dé oportunidad de amar a alguien más, no puedo, lo engañaría, me causaría fatiga, sigo cayendo en el suelo mientras lloro y grito tu nombre, me pesas tanto, porque sé que jamás volverás y sé que es mi culpa por que solo fuiste un amor de cama, pero mis sentimientos y mi sobra de confianza me traicionaron y se enamoraron completamente de ti.
Necesito tocar ese miembro mientras te veo a los ojos y te seduzco para que me hagas tuya, pero no puedo, te encuentras a miles de kilómetros de mí y sé que no quieres verme, sé que no me extrañas como yo a ti, que desde que partí buscaste quien te calentara en tus noches frías y yo tratando de darme calor con una maldita cobija intentando poder dormir, porque si sigo despierta mis lágrimas harán un mar en mi habitación.
Lamentablemente ya no quiero seguir derramando el alcohol en mis venas porque lo único que hago es cometer estupideces bajo la influencia, si te has dado cuenta la mayoría de mi vida se entorna a ti y ya no sé qué hacer.
Pero no era necesario, no era justo que me mostraras lo bien que se ven las estrellas a tu lado, que encendieras mi alma e ilusionaras mi rostro para después dejarme, para después mentirme y venir con el cuento que yo malinterprete nuestra relación, que yo soy la culpable por creerte, ahora te vas dejándome atrás, realmente no puedo seguir no estoy resistiendo, no soy tan fuerte.
Ya no quiero adentrarme a este sufrimiento, me está costando tanto salir del hoyo en el que me encuentro, tus malditos besos disfrazados de amor, tu llanto a media noche rogando mis brazos, dando esperanza a mi locura tan intensa, no quería compartirte, pero siempre te quise libre, aunque tú ya estabas atado a alguien más, me elevaste y me dejaste caer sin ningún remordimiento, hasta que me mostraste el dolor que llego hacerme perder el control al grado de matarme.
Realmente ya no quiero llamarte, ya no deseo buscarte, pero me encuentro tan sola, tan triste y tu cariño mío alegrabas mi vida y lo único que sé, es que te necesito más que nunca.