Carta a una médica desorganizada.
Sentada ejerciste;
reíste desarmada,
callaste profesional.
Te amo;
¿Me atenderás para siempre?
Tu respuesta es no.
Ni te conozco.
Viviré para invitarte a salir;
en mi lecho recordaré tu respuesta.
Qué pena sentirse a la sombra de tu profesión.
Tu título debe ser mía;
cuya cédula será amarnos por devoción.
Te tengo cada día que te pienso.
Cada pienso te dedico en dopaminas;
neurotransmisores encendidos desde que complacida,
te reíste de mi bobo silencio.
Desamor contigo,
yo necesito para pelear por ser tu abrigo.
No necesitas una pareja a la altura,
ni una especialidad online;
tu corazón requiere a mí,
besando la comisura de tu alma,
como pan de cada día feriado.
Yo requiero:
Tu aroma.
Tu desprecio.
Un motivo para rogarte de nuevo.
Quiero enterrar una espada en tu corazón duro,
para afianzarlo con el mío,
por los siglos de los siglos...
Todo esta ficción es pésima,
mas no se compara con ésa risa
que pinté como único autor en tus días ajetreados.
Simplemente yo.
te amo.
Comentarios & Opiniones
Con nuevo saludo. Grato leer su obra. Me gustó el cierre:
..."mas no se compara con ésa risa
que pinté como único autor en tus días ajetreados".
El que hace alegrar gana.
Gracias. Deseando que siga su buena pluma, hasta nuevo poema.
gracias amigos me hacen muy feliz por el mero hecho de conversar conmigo a distancia!, libertad y abundancia para mis queridos ustedes!
Te tengo cada día que te pienso.
Hermoso y un final que transmite una sonrisa. Me gustó. Saludos.
Excelente escrito, palabras que te gustaría que fueran de alguien mas, son palabras que te hacen sentir.
"...en mi lecho recordaré tu respuesta."
Un gusto leer su obra. Cordial saludo.