Eres mío (la muerte del estudiante)

Dime hermano bendito ¿para qué te cansas en esta vana dialéctica?
Sería mejor para tus asuntos darme la llave de tu cuello y apagarte como una estrella grandiosa
No te agobies hijo de nuestros padres, ven y duerme el sueño de los que viven con alegría
recuerda que al final eres mío, y nuestras palabras fraguadas hace siglos nos llaman a cumplir el propósito de ser quienes somos, Tú un poeta y estudiante de los magos
Yo, encomendado a la muerte de tus congéneres, debo decirte que estoy alegre de ser salvo por estas sangres derramadas.
No llores hermano mío, verás que el infierno es más sabio que los cuentos de la festiva cultura
ve y coméntale a Aogema que se reunirán pronto todos los niños del escrito, y que el Tariq final será Maligno o no será.