Dede la silla de ruedas

Desde la silla de ruedas.

Desde su frágil cuerpo débil y quebradizo
vivía mil aventuras, vencía duras batallas.
A sus pies sucumbieron malhechores y monstruos;
de muerte malheridos por su brillante espada.
Desde su frágil cuerpo débil y quebradizo,
jugó con otros niños, mientras que desde el banco,
atento les miraba.
Y corrió los caminos, cuando, de vuelta a casa
le empujaban la silla y le cubrían el cuello
con su bufanda blanca.
Daniel creía a veces que no pesaba nada
y extendiendo sus brazos; se arrojaba al vacío
hasta sentir el suelo chocar contra su cara.
Allí permanecía, allí se lo encontraban;
agarrado a sus piernas con los ojos cerrados
y la cabeza echada.
Soñaba que sería fuerte como los héroes
de los cientos de cuentos que de noche en la cama,
le contaba su madre, hasta que el dulce sueño
le prestaba la almohada.
Correría por las calles, saltaría por las tapias
y subido a algún árbol,
encontraría algún nido escondido en las ramas.
¡Daniel!. Pero no oía, Daniel solo soñaba;
él estaba seguro que un día no se caería,
que un día su frágil cuerpo débil y quebradizo
vencería otra batalla, y sus delgadas piernas
le llevarían al campo para lanzar al viento
su bufandita blanca.

Antonio Nogales Benítez.