MI REPÚBLICA INDEPENDIENTE

Megalomanía, jaleada por acólitos quiméricos,
cautivo en su particular fortaleza,
peregrina de la ceca a la meca,
ansia de omnímodo poder, quebradizos ensueños.

Apacigua tu desmedido rencor,
no seas como el perro del hortelano,
medita seriamente si, acabando,
conseguirías una existencia mejor.

Exige lo que cabalmente puedan proporcionarte,
en ningún caso meras entelequias,
¿Qué van a hacer sino engañarte
cuando en su mano no está cuanto deseas?

¿Acaso tienes un ejército
que luche por tu ínsula,
quizá una quinta columna
que vele por tu mérito?

Sujétame el cubata. ¿Qué has hecho por la gente
cuyo único propósito es trabajar y vivir sosegada?
¿A quién has auxiliado cuando más lo necesitaba?
¿En qué has colaborado sino en ofender al inteligente?

La democracia que predicas de marca blanca
no convence ni a quien por ligar compra piña;
no es ilícito votar, pero sí lo es cuando no casa,
turbio y estrafalario es agarrotar una amnistía.

Español en el mundo, hazte a la idea,
pronto regresarás como Alonso Quijano,
no te quedará ni tu escudero Sancho,
y tu Barataria será, al fin, Ikea.