SU NOMBRE EN SILENCIO

Entre almas ausentes, regresaste.
Regresaste como aquel que jamás se fue,
como el ave que migra, pero no olvida su ruta.

Eres pregunta sin respuesta,
aquel que, con su mirada, me eleva a cielos inexistentes.
Con tu voz, me encadenas entre melodías excitantes
que mueven mi ser a un baile que termina en tu boca,
y mi boca solo repite tu nombre, sin necesidad de verte.

Caminos que el mundo separó,
pero que nosotros mismos cambiamos para encontrarnos
en la trama de este destino llamado vida.
Dime, ¿cuál es tu secreto
para conquistar un alma indomable,
una que no cree en la atracción,
pero que contigo existe?

Suerte… quizás seamos eso:
dos almas raras en un mar de encuentros y despedidas,
una que te hace sentir vivo,
que te arrastra al vértigo y a la adrenalina,
que te roba la noche y no cuenta el día.

Sin querer, sabemos que somos lluvia,
lluvia que se necesita, que baila y juega,
pero que, en algún momento, se va.
Llueve, caótica y bella,
y sabe que debe marcharse…

¿Y si seguimos deteniendo el tiempo?
En ese espacio solo nuestro,
como lo que somos: magia fugaz, pero eterna,
un rincón sin horas ni fechas,
donde siempre tenemos una cita,
esperando que algún día,
sin hora ni lugar,
podamos decir: "espérame, volveré,
sin saber cuándo ni dónde,
pero volveré",
por tener esa cita sin reloj ni calendario.