Alma sentenciada

La ilusión llega como una oleada marina
Sin aviso, sin murmullo, sin sombra
Se aferra al alma y la condena;
La condena al dolor, al desamor
La condena a sufrir y no vivir.

Es tan poderosa su fuerza
Que tan solo con un recuerdo,
La mente revienta
La destruye con un maso
Y se pierde la vista del camino.

Todo se torna nublado,
Ya no se siente irradiar el sol,
Ya no se escuchan risas
Ya no se ven sonrisas.

Los abrazos son banales
Y las miradas pesadas.
Todo el que susurra
Suena como una tortura

No quieres ver arriba
Porque el recuerdo se aviva
La ilusión te penetra
Y una vez más
Tú alma se condena