EL ESTUDIANTE

Qué gran libro que ha tocado escribir,
Que duras son las líneas y que apasionante los momentos que en ello plasme.
La tinta, que tan sutil y precisa
No perdona no acepta tachones, solo correcciones.
Con un solo libro cubro todas las materias,
y que ironía no se vale reemplazar, ¿me río o lloro por ello?
Creí en escuelas, grupos de grandes personajes,
cada materia me sacaba un 10 y en mi vida todos los exámenes reprobados.
No entendía, si era la mejor mi vida debería ser de afortunada.
Cual desplomada me di, la escuela no era nada,
si mis experiencias así me lo recordaba.
Bueno en matemáticas,
pero para atinar en mis cálculos personales un total fiasco.
Excelente en literatura y en cada conversación, terminaba hablando de más.
Excelente en geografía, historia y sociales,
pero en las relaciones personales no sabía dónde estaba parada.
Excelente en religión y me dejé atrapar por conceptos Ajenos a mi intuición.
Ni que decir de las demás, especialmente arte,
cuando me quedo grande darle vida, forma y color a mi propio paisaje.
Y descubrí que no se trata de saturarse, de ser el mejor,
solo se trata de vivir y disfrutar del viaje sin tener que rendir cuentas
y mucho menos en querer tener siempre la razón.