Ponte precio incontable

¿Cuántas primaveras esperas?
Mejor dicho, ¿cuántas te dijeron?
¿Por qué esperan que te hieras?
Mejor aún, ¿por qué te hirieron?

Es como si acaso no lo vieras,
Que algunos inviernos ya fueron.
Ve cómo el ocaso y las fieras
También dormirán si murieron.

Si te pones a sopesar los veranos,
Notarás cuántos se han enfriado,
Cuáles de sus anuncios fueron vanos
Y si en tu corazón no han caducado.

Con razón de despensa yo pago
La tasa de defensa que he escaseado.
Pon atención a la oferta que hago,
Rechaza o acepta este mandado.

No pretendas sumirte en tu cabeza,
Y más bien reza por tu simpleza,
Que no desaparezca tu belleza
Por en prendas consumirte tu tristeza.

Sobre todo, ponte precio incontable,
Como aquel nombre impronunciable,
Porque serás más que agradable
Siendo tú una librería canonizable.