Courrier

poema de APAV

Se había detendio el reloj a la hora de su siesta.

Cosa díficil es dememoriar lo inolvidable. Tan solo preguntale a mi hermano. Él en su estudio, no olvida a su amada. La cual hacia que en su cegazo olvidara la realidad. ¿Recuerdas todas las noches en donde su mano era un ojo sobre una página? Claro que se acuerda. Si toda la atención le pertenecia a la reina de sus miserias. Todos los besos pertenecian a él. Cuando el crepúscuo arropaba el gran azul, ellos se encontraban. Las caricias de ella dejaban heridas como un escapelo en pleno proceso quirúrgico. Su única defensa era llorar cascadas de tinta roja. El peor pecado que él cometió fue dejarla entrar en su vida. Lo más triste es que está escrito en un epitafio; el cual lee al final: nunca te olvidaré, tu amada, Ixtab.

Comentarios & Opiniones

San Brendano

Bellas letras
Una grata lectura y nostalgia
Estrellas.

Critica: