La hoguera

poema de Gaenoves

Padre nuestro que estás en el cielo
Nunca me saques de este agujero
Merezco tu brutal castigo
En tu nombre he asesinado
En tu nombre he mentido

Jugamos en el bosque a las escondidas
Besos inocentes y dulces mordidas
Te pedí que te escondieras en ese lugar
Delate tu posición frente a la horda enardecida

Quemenla!

Quemenla!

Quemenla en la hoguera
Arranquen sus ojos
Que no nos vea

Me sentí tan bien aquella última vez
Me sentí útil, es la pura verdad
Quiero que la cacería comience otra vez
Soy un demonio al servicio de la comunidad

Arrastre a una virgen detrás de la iglesia
Le hice el amor mientras se hacía la misa
Su padre no tolero semejante injusticia
Les preparo hoguera sin ocultar mi sonrisa

Quemenlos!

Quemenlos!

Quemenlos en la hoguera
Arranquen sus ojos
Que no nos vean

“Debemos purgar el pueblo de castas impuras, no permitiremos que nos arrastren lejos de dios, el todo poderoso nos encomendó la misión de mantenernos limpios y puros para que nuestras almas entren a su reino…”

“Pensemos en nuestros hijos y nuestras familias…”

“No somos animales pecadores…”

“Amemos al prójimo como a nosotros mismos…”

“La brujería y el adulterio serán castigados con una muerte larga y dolorosa en la hoguera...”

Quemenlas!

Quemenlas!

Quemenlas en la hoguera
Arranquen sus ojos
Que no nos vean

Sacio el morbo de la comunidad
Señalando brujas en las esquinas
Asesinan impunes en la oscuridad
Entregándome sus almas mezquinas

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