El país está en peligro
pero no hay nadie capaz de salvarlo
Nos gobiernan traidores
y seres ruines sin escrúpulos
¿De verdad nos merecíamos esto?
¿Era necesario que sufriéramos tanto?
Todos aquellos quienes se alzaron
por la patria fueron suprimidos
Aquellas fuerzas del mal
gobiernan sobre ciudadanos de bien
¿Cómo llegamos a esto?
El dolor que alberga mi pecho
me pesa y desgarra por dentro
El deseo de tantos héroes
tirado a la basura
desechado en el estercolero
de la política peruana

Oscuridad, tú que en las
noches gobiernas e imperas
que a amigos y enemigos
confundes allá afuera,

que crímenes y venganzas
mentiras y otras miserias
del humano mundo tapas
y a amantes das tu asistencia.

Oh tú, cual inmenso manto
que a nuestra breve existencia
abrazas y tranquilizas;
a ti escribo este poema.

Amor que todo lo encubre
de sentidos victimario perverso
que al amante condenado al primer beso
consumado y tarde su error descubre.
Hallase la víctima casado y con hijos
en la prisión del matrimonio atrapado
esclavo, triste y desolado
para siempre paz y felicidad hechos añicos.
Dinero, futuro y bienes
tranquilidad, hijos y amigos
atiende bien a lo que te digo;
ajenos serán también tus parientes.
Desgracias que con leyes el Estado promueve
escenario que nuevos derechos apuntalan

Amor eterno que la agonía alarga
palabra empeñada que la esperanza sostiene
Una meta lejana, un objetivo anhelado
Un amor contra el mundo
Dos corazones lastimados
Separados en espacio
pero unidos en sentimiento
Una lucha contra lo imposible
Mas con perseverancia y esfuerzo
el objetivo ansiado lograr consiguen
Allá, en lo alto
unidos por fin
una promesa se cumple
y aquellos fieles amantes
de dolores pasados ya curados
por la eternidad sus destinos unen felices.

Cautiva estuviste lüengos años
por el siempre enemigo e invasor
sintiendo de tus hijos el dolor
producido por incontables daños.

Mas la razón puso sus fríos paños
y a nuestra faz devolvió la color
quitándonos para siempre el rubor
de haberte perdido en años antaños.

¡Oh tú por sïempre Ciudad Heroica!
estate tranquila pues ya reposas
en la patria segura do te toca.

Ahora, a despecho de quien adosas
festeja, pues toda alegría es poca
frente a este vuelto estado de cosas.