Negro
poema de libelula
Los racimos de uvas estaban ahí,
Burbujeantes, ante la sonrisa imaginaria,
Las perlas, desgranándose.
Ella con una mirada los observó,
Impalpables,
Como testigos: dos cocuyos,
Miradas larguiruchas.
Los amantes no hablaron,
Desventuras de un alma,
Flirteó con su suerte.
Terminado el trajín.
Sus sayas no pudieron contener
el mundo a sus pies,
gritos y sollozos,
ante el acto final.
Comentarios & Opiniones
Gran placer la lectura, saludos.
Los amantes no hablaron,
Desventuras de un alma,
gracias por compartir su arte, saludos.
Imágenes sensitivas las que construyen vuestra obra en gratas letras.
"Los racimos de uvas estaban ahí,
Burbujeantes, ante la sonrisa imaginaria,
Las perlas, desgranándose."...
Reciba cordiales saludos.
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