EL BARRIO DE MI INFANCIA

EL BARRIO DE MI INFANCIA

Modernos edificios de vistosa piedra y reluciente cristal,
ocultan la historia de un pedregoso e inmenso solar.

Comienza el día, para un niño que de la cama no quiere salir.
Al cole hay que ir, hay que saber leer y esribir.

Cruza un camino entre hierbas y un pinar.
Apenas mira a los lados, hay poco tráfico y conducen con cuidado.
Con el paso del tiempo, de alquitrán se rellenará.
Un paso de cebra dibujarán y aún así el peligro de accidente aumentará.

El reloj se adelanta un paso a las 12 y suena la sirena de salida.
Han terminado las clases y los ansiosos estudiantes salen en embestida.

De camino a casa se despistan embobados en los recreativos.
Son muy querubines para entrar y se conforman con juegos mas creativos.

Un palo y una pelota de tenis y toda la pandilla juega al baseball.
Con un balón de cuero, pelado por las patadas, convierten el terreno en un simulado estadio de fútbol.

Con una hoja de papel despertaban su imaginación,
Doblando aquí, doblando allá y tenían el mejor modelo de la aviación.

Con punta afilada o punta redonda rueda la trompa.
Si no sabes tirarla, no jueges. Puede ser que alguien te la rompa.

A la rayuela, a la comba o a la goma, juegan las chicas.
Mientras tanto los niños se divierten con sus canicas.

De jugar al pilla-pilla, al escondite o al churro va, no te escapas.
Si no quieres cansarte tanto también puedes jugar a las chapas.

Un grito desde lo alto de un balcón a mil nombres llama,
llegó la hora de cenar e irse a la cama.

¡Qué tiempos aquellos de mi niñez!
Se lo contamos a nuestros hijos y dicen que es una estupidez.