A una muerta
A una muerta
Elegías
Balsamos, eclipses trasnochados
en el verde hojaldrado del cremón
sufre el cují su fortaleza quebrada
la tua-tua en oscura confusión
Cuece tranquila, chirria, la fogata
que encendida no es suave
el viento peinando el pajonal
cuando el gemido que
al silencio lastima
aguijones al oido son puntas
de cristal en filo
Allí fue en umbrías aguas, turbias
levita el aliento, volar
frío cuerpo en alma viva
llanto brumoso, cabría
decirle: ¡Para ya!...
Dos luceros la miran, ojos míos
no terminan ni paran de llorar
llego tarde sin salvar
enlutado el cielo conmina
estrellas en coro celestial
Cerca hay una espuma arriba
sublima alma se estira
en sus manos, nota, despedida
desamor, candente espina
propicio desenlace fatal
Miro y le miro, sin heridas, por fuera
dentro, muchas batallas perdidas
a la luna se le hizo el día
el sol trasnochado, durmió
Augusto Plasencia
Comentarios & Opiniones
Magistral, abarcando todo ese amor, toda esa tristeza, toda esa belleza en cada metáfora, una despedida desde el alma, divina obra, un inmenso placer la lectura, abrazos cordiales, feliz día Augusto.
Simplemente leerlo se llena un gozo de nostalgia.
Directo al ese amor que fue.
Beso y siempre felicitaciones.