De López y su "narcoestado"
“El país bien enfangado . . .”
Ya subidos en su barco
cohabitemos con el narco
convivamos codo a codo,
México se hunde en el lodo:
Las señales se iban dando,
López les iba mostrando
su cariño a los del narco,
por supuesto nada parco.
A su gansística flema
se le ocurrió lo del lema
de “abrazos y no balazos”
preludio de estos fracasos.
Sin poner los pies en suelo
vino el saludo a Consuelo,
la misma mamá del “Chapo”,
el Jefe, el mero Capo.
Este evento tan ingrato
se dio allá, en Badiraguato,
Sinaloa, del narco cuna
donde la droga es fortuna.
Lamentó que esté en la cárcel
ese truhan líder del cartel,
por él abogó ante gringos
haciendo “tilingos lingos”.
Afrentoso, nada tibio,
ordenó soltar a Ovidio,
del “Chapo” hijo predilecto,
en su lenguaje dilecto.
Llamó a este: “Señor Loera”
con afecto de primera
para tal narco sultán,
de lo que pasó en Michoacán.
Del ejercito tan humillado
por la banda correteado,
dejando atrás todo honor,
todo el orgullo y el pundonor.
Frente a esos narcos insanos
dijo presto: “son humanos
por lo que hay que cuidarlos”,
en lugar de derrotarlos.
Ya no queda alguna duda
la realidad es muy cruda
López del closet salió
sin máscara ya cambió.
Sus promesas de campaña,
adoptó la mala maña
de mentir y más traicionar
al pueblo “sabio” engañar.
La cuarta transformación
consiste en que la nación
pase a ser un narcoestado,
que conste lo aquí narrado.
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Ciudad de México, a 15 de mayo del 2022
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