En estas paredes blancas
No existe lugar más triste que las
paredes de un hospital. Cuando escuchas
el crujir de dientes de las almas desprendidas.
Cuando queda clavado en las mandíbulas
el dolor o armonía del presente.
En el silencio de la noche las
oraciones más sinceras recorren la
eternidad de los pasillos sin fin, ahí
donde la vida y la muerte se miran a la cara.
Un duelo a capa y espada
¿Quién retiene? ¿Quién despoja?
He visto la muerte en tantos rostros
desde este sepulcro en la espera
de aquel de bata blanca, llegue sin
alma en la mirada a dar mi sentencia.
Y mientras… un aroma a azucenas me
sumerge en un torbellino de cavilaciones.
Con el juicio perdido y una conciencia a gritos
¡Vida quédate conmigo!
Que ironía,
hoy mi alma tendida sobre
este cuerpo desvaído espera la lágrima tibia
y salada de algún ser querido.
Hoy en estas paredes blancas y frías
se me va la vida entre el eco de un nacido.
Comentarios & Opiniones
GENIAL UN GUSTO LEERTE, ESPERO SEGUIRNOS MUTUAMENTE
Que espectacular derroche de sentimientos, esa sensación de angustia ante la muerte y esa dicha ante el brote de una nueva vida, eso encierran las paredes de los hospitales, magnífica obra mi querida amiga, espero estés bien, un abrazo sincero.
Muy emocionante, después de ocho años como voluntario en un hospital, entiendo perfectamente este relato, me ha llegado al alma. Un saludo ¡
Park Guis gracias por visitar mis letras. Es un placer saberte. Abrazos en la distancia.
Xio, gracias guapa por tus palabras. Te envío un cálido abrazo lleno de estrellas para ti.
Juan Manuel Samaniego Ocaña, me alegra saber que te llegó al alma. Es un escrito que invita a la reflexión y a una realidad que muchos ignoran. Un abrazo.