Recuerdos distantes

Sólo puedo escribir
lo que me dicen tus ojos
perdidos en este crepúsculo solitario,
inundado por tu fragancia de perdida,
perdida desde que se voló todo.
Hojas secas arrastrándose en el aire.

Dice todo que fue un error
mancillar nuestro castillo de arena
cuando la marea lejana anunciaba
que la sequía alcanzó a la tormenta.

Aún recuerdo como ayer
las peleas de niños,
las falsas negaciones,
tu calor arrebatando al frío.
Ahora es más insípido el sabor
del té humeante en la mañana.

¿Sientes lo que siento desde lejos?
Ni una paloma mensajera basta
para darle fin a este dispar eterno
que separa ferozmente nuestros caminos.

Tan parecidos fuimos
dos estrellas más en la noche
brillando iguales, soñando juntas.

¿Recuerdas también mi boca silenciosa?
¿Qué recuerdas ahora que soy de nieve?

Anudé en ti todo mi yo infante
se fue enterrado en ti mi anhelo
todo flotando ya a lo lejos
todo se fue contigo y no lo sabes.

¿Puedes sentir en tu piel el aroma del azúcar?
Yo todavía recuerdo, en esta lejanía
como tu canela arropaba mis penas
y tu sonrisa despejaba la lluvia.

Somos otro crepúsculo más, querida
Que se cierne sobre otro bosque más.
Tantos cisnes juntos no hacen más que herir
en esta laguna de lágrimas vagabundas
en que ahogados estamos, para siempre.